En este contexto se contó con el apoyo del Instituto Municipal de Cultura, así como también de la Orquesta Generalísimo “Francisco de Miranda”, la Fundación Santos Inocentes Locos de La Vela con su agrupación dancística “Mirian Castellanos”, el tambor de Los Locos y gaiteros de La Vela. Cabe resaltar la participación de familiares de Fidel Marín entonando sus grandes composiciones musicales.
José Rafael Chirinos, director de cultura dijo que estas actividades son de mucha importancia porque enriquecen el gentilicio colinense. “Durante la gestión del alcalde Rubén Molina seguiremos apoyando estas acciones para el arraigo cultural del pueblo, porque han sido personas que dieron un importante aporte a la cultura y como pueblo cultor debemos mantener el legado vivo en la memoria del colectivo”.
Así mismo, uno de sus hijos, Fidel Antonio Marín Mustiola, hizo publico su agradecimiento a los presentes en la serenata de ante sala a los actos protocolares que se realizan este 24 de abril en horas de la tarde, a cargo de Concecolina y la Alcadía de Colina en las instalaciones de la antigua Aduana de La Vela.
“Agradecidos por la asistencia y por la espontaneidad de los cultores para formar parte de estas actividades que como familia hemos preparado para preservar el legado cultural de nuestro padre”.
“El Capi” nace en el Valle de Pedro González de la isla de Margarita el 24 de abril de 1924 pero se establece a finales de la década de los años cuarenta en el puerto veleño, acogiéndolo como su segunda tierra natal.
Recibió clases del maestro Rafael Sánchez López “Rafuche”, luego culmina el sexto grado en el nocturno del “Antonio Dolores Ramones”.
En el año 1947 se casa con Isabel Dolores Mustiola y procrean once muchachos.
Junto a sus grandes amigos como Ramón “Monche” Guanipa, Simón Petit y su hermano “Chichito”, Andrés Avelino “Carne negra”, “Memo” Zárraga y otros tantos, departían en interminables tertulias musicales de donde salieron muchas inspiraciones.
Se dedicó a navegar por los puertos de La Vela de Coro, Guaranao (Paraguaná), Aruba, Bonaire y Curazao donde se ganó el respeto y admiración por su dedicación al trabajo y sapiencia, de allí viene el apodo “El Capi”.
El Capi era un lector furibundo, conversador de los más diversos temas, de allí la calidad poética de sus canciones cargadas de filosofía y realidades de la vida por su contenido humano.
Afectado por problemas cardíacos, su corazón se detuvo el 5 de septiembre de 1988. Sus restos descansan en el cementerio de La Vela.
Los últimos días de su vida los pasó en el seno de su hogar, rodeado del afecto de familias y amigos. A fin de cuentas, el silencio también es música.
Carlos Cásares Crgv 1.687
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