Durante los días de abril del año 2002 tiene lugar en Venezuela el primer golpe de Estado mediático de su historia. Diversos sectores de la denominada sociedad civil, grupos empresariales, la iglesia católica, partidos políticos de derecha y sectores militares de altos rangos fueron los engranajes de una maquinaria de facto dirigida desde las corporaciones de la comunicación, que intentó dar al traste con el proceso revolucionario que lideró el comandante Hugo Chávez. Sin embargo la intuición de clase de las mayorías nacionales y una estrategia comunicacional alternativa y popular, fraguada al calor de los acontecimientos, supieron enfrentar y revertir la empresa golpista de la alta sociedad.
Tras lo que algunos califican como una emboscada al pueblo venezolano y una vez roto el hilo constitucional y democrático, imbuidos en la euforia fascista que caracteriza a la clase dominante de nuestra sociedad, los líderes y operadores de la derecha nacional y concretamente quienes movieron los hilos de aquella empresa golpista, asumiéndose victoriosos, develaron su estrategia y agradecieron el rol angular que jugaron los grandes medios de comunicación privados para darle la estocada a la democracia bolivariana.
Pensaron que podrían distraer a las grandes mayorías nacionales con Tom y Jerry mientras que a los pequeños sectores más alzados podrían neutralizarlos con las viejas mañas de la escuela Betancourista de “Disparen primero y averigüen después” y así comenzó una ola de persecución contra líderes políticos de izquierda y funcionarios de alto gobierno, allanamientos en medios alternativos y casas de dirigentes sociales, detenciones y cierres de medios de comunicación, especialmente en sectores populares como El Valle, La Pastora y Antímano.
Los comunicadores populares y los medios alternativos y comunitarios como objetivos militares y políticos
La estrategia mediática golpista se basó en la desmovilización del pueblo como consecuencia de la desinformación, luego de los sucesos del 11 de Abril, el escenario fértil para el logro de los objetivos de la derecha era mantener a la gente es sus casas distraída y en letargo, hasta consolidar la usurpación.
Frente a esa política de la desiformación, desarrollada desde todos los medios privados tanto impresos como radiales y televisivos, los medios comunitarios eran el enemigo. Para Jésus Suárez Director de la televisora Comunitaria Catia TVe “Los medios comunitarios, aunque fueran señales pequeñas, gozaban de alto poder de convocatoria y podían ubicar a sus usuarios en lo que realmente estaba pasando, ya que estaban mas cerca del pueblo, evidentemente eran de alta peligrosidad para la derecha”…“podían inclinar la balanza a favor de la revolución”, aseguró.
Jesús nos comentó, que para ese momento estaba comenzando a estructurarse y a proliferar la comunicación alternativa y comunitaria en Venezuela producto del impulso del gobierno de Chávez, con la excepción de algunos impresos, radios y televisoras que fueron fundadas antes de la llegada del proceso Bolivariano. “Los medios comunitarios que contaban con una fuerte convocatoria eran un objetivo a eliminar, porque ellos tenían a todos los medios comerciales a su favor, ya teniendo aunque fuese un solo medio disidente eso podía generar problemas. Tal fue el caso de Fe y Alegría, que en ese momento jugo un papel fundamental sobre todo el 12 y el 13 informando lo que sucedía ya que ningún otro medio lo estaba haciendo y la mayoría de los medios comunitarios habían sido inhabilitados, en cuanto a su señal, porque los compañeros estaban en la calle registrando y haciendo cosas”.
La importancia de los medios alternativos y comunitarios (MAC) radica en que están directamente vinculados con la gente, son construidos y mantenidos por la gente y por tanto de mayor cercania. Era evidente el riesgo y normal que ellos nos atacaran de primero, por esa razón “nuestros medios eran y siguen siendo objetivos militares siempre”
Durante los sucesos de Abril mandaron a cerrar Catia TVe desde la Jefatura (Civil) de la parroquia La Pastora, y los compañeros lograron sacar los equipos, y ponerlos a resguardo y tomaron medidas para cuidarse (en cuanto a seguridad personal se refiere) mientras se mantenían saliendo a las calles y grabando en las distintas marchas que hubo.
En las calles se fraguaba una rebelión popular
De manera simultánea, mientras en el este del este se edificaba una dictadura y los miembros de la alta sociedad juramentaban en el Palacio de Miraflores al representante del empresariado nacional y con un decreto, tristemente célebre, demolieron la institucionalidad democrática y el Estado de derecho, en las calles de Caracas y las ciudades más cercanas a la capital principalmente se fraguaba una rebelión popular, un contragolpe para restituir no sólo la democracia, sino también para devolverle a Chávez su lugar al frente de los destinos de la Nación y rescatarlo del secuestro del que estaba siendo víctima.
Dos hechos eminentemente comunicacionales prendieron la mecha que rápidamente incendió las calles de Caracas para ahuyentar la oscurana, por un lado, una carta que el Presidente secuestrado Hugo Chávez redactó y entregó en Turiamo a un soldado patriota (Cabo de la Guardia Nacional Juan Rodríguez) para que la hiciera pública, donde declaraba no haber renunciado. Por otro lado, por los micrófonos de Venevisión, el para entonces Fiscal General de República Isaías Rodríguez declaraba que el líder de la Revolución Bolivariana había sido detenido y seguía en el ejercicio de su cargo.
La comunicación y el rol que ésta jugó en ese contragolpe revolucionario también fue determinante, una estrategia mediática popular constituida por megáfonos llamando a la gente a la calle, mensajes de texto difundiendo lo que sucedía, pancartas que denunciaban el secuestro del Presidente, pintas y grafitis cubrieron las paredes del centro de Caracas advirtiendo que Chávez no había renunciado, camiones de sonido improvisados para perifoneo convocando a una inmensa movilización, caravanas desde distintos puntos de la geografía nacional hacia el centro de los acontecimientos, radios comunitarias móviles adaptadas a pequeñas plantas eléctricas en vehículos dieron muestra de la creatividad y la inventiva que caracteriza a este pueblo, en alianza con sectores militares leales a la institucionalidad y al liderazgo de Hugo Chávez, en menos de 48 horas dieron un vuelco de 180° que devolvió la esperanza.
Jesús Suárez, comentó al respecto “en el caso nuestro por ejemplo, el compañero Ricardo Marquez o Jose Vásquez ellos estuvieron en la calle en conjunto con otros compañeros de Catia Tve en las cercanías de Miraflores los días 12 y 13 hasta que llegó el presidente. De hecho hay muchos documentales que se han hecho con base en esos registros realizados por esas compañeras y compañeros, comunicadores populares, en la calle a pesar del riesgo que eso significaba”.
En este sentido, se pueden resaltar los métodos y las motivaciones para el cumplimiento de la labor, “no habian señales para transmitir, no hubo un plan, básicamente fue la convocatoria (a la calle) de múltiples formas, a través de mensajes de texto, llamadas y pequeñas reuniones, realmente lo que nos acompañó fue el corazón, la necesidad de salir a la calle y estar viendo y registrando lo que sucedía y sobre todo ver que se podía hacer” afirmó el Director de la televisora comunitaria.
En horas de la madrugada del 14 de Abril un helicóptero de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana trajo de vuelta al Palacio de Miraflores al Presidente Constitucional de la República y Líder de la nación, al mismo palacio que pocas horas antes habías sido tomado por los golpistas para celebrar su victoria y dar inicio a un gobierno de facto, de élite y de derecha.
El Estado reconoce la comunicación popular como sector: CONATEL habilita medios alternativos y comunitarios.
Por primera vez en Venezuela, durante el año 2002, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) otorgó a las primeras 8 radios y 7 televisoras de corte alternativo y/o comunitario concesiones para explotar y operar el Espectro Radioeléctrico de la nación. No sólo, en retribución al rol angular que jugaron para revertir el golpe de estado de Abril de ese mismo año, sino también en reconocimiento a los años de labor comunitaria y vocación de servicio, así como para levantarles el estigma de ilegalidad que se tradujo en persecución durante los años de trabajo comunicacional clandestino realizado en tiempos de la mal llamada “democracia” representativa.
Así mismo, a partir del año 2003 el Gobierno Nacional creo en las instancias con competencias en materia comunicacional espacios institucionales de articulación y acompañamiento para brindar apoyo en materia de formación política, técnica, dotación y pautas a la comunicación popular.
El fenómeno político que tuvo lugar en nuestro país aquellos días del 2002, puso en auge a este sector de la comunicación, no sólo como medios, sino como movimiento, sector constitutivo del nuevo sujeto histórico que protagonizó y continúa liderando los cambios políticos y sociales en Venezuela, así como en toda la Patria Grande.
A lo largo y ancho de nuestra geografía nacional en los últimos 14 años se han constituido más de 800 medios alternativos y comunitarios en sus distintos formatos, de los cuales unos 700 son radioeléctricos (radioemisoras y televisoras). Vale destacar, que de esa cifra casi un 50% de ellos (306) prestadores de servicio se encuentran habilitadas por CONATEL, según cifras oficiales de esta Comisión.
12A- Día de la Comunicación Popular
Sin temor a equivocarnos, en la Patria de Bolívar y Hugo Chávez podemos decir que la comunicación está concebida como un derecho y su ejercicio garantizado de la misma forma, mientras que en países hermanos como México, Chile, Colombia o Argentina (desde el arribo de Mauricio Macri al poder), la comunicación popular es criminalizada y perseguida como delito, e incluso hasta el ejercicio del periodismo es considerada una actividad de alto riesgo y de uso exclusivo para los grandes consorcios de la comunicación. Como testimonio de esta situación, este año llegado el mes de Abril, el día 12 estaremos celebrando por segundo año consecutivo el Día del Pueblo Comunicador, decretado así por la Asamblea Nacional de la República en 2015.
A lo largo de estas casi dos décadas de Revolución Bolivariana, la comunicación popular y alternativa ha ido creciendo como sector de la comunicación y como herramienta del pueblo empoderado y ese camino colmado de aciertos y errores pueden resumirse en tres momentos fundamentales; el primero de insurgencia y visibilización, cuando irrumpe como respuesta del pueblo ante el ataque de la clase dominante de la sociedad a raíz de los sucesos de Abril de 2002.
Un segundo momento de reconocimiento y masificación caracterizado por el comienzo de la entrega de habilitaciones sobre todo a los medios creados antes del inicio del proceso revolucionario y el surgimiento de políticas de Estado y de Gobierno para apoyar a este sector y por el surgimiento de cientos de iniciativas, movimientos y medios alternativos y comunitarios de diversas naturalezas y formatos.
Y un tercer momento que podemos decir que se encuentra en desarrollo caracterizado por el intento colectivo de dar un salto cuantitativo radical hacia la formación, hacia el perfeccionamiento de los métodos de trabajo y afinación de las estrategias comunicacionales con visión de sistema, en busca de la permanencia, la superación y la consecución de la autonomía.
Todo ese camino andado que solo ha sido posible gracias a la construcción colectiva de miles de comunicadoras y comunicadores populares y a su lucha, con mártires y todo, es lo que celebramos en estos días de Abril al calor del recuerdo de cada conquista y del compromiso de la NO rendición y el avance como único destino posible para no permitir jamás que la voz del pueblo vuelva a ser silenciada.
MippCI
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