Los acontecimientos del 11,12, 13 y 14 de abril de 2002, el presidente Maduro los calificó como “la batalla que hemos dado y como la historia nos ha colocado en este punto del camino y, la obligación que tenemos de ganar la paz”.
Palacio de Miraflores, Caracas. ¡Los enemigos de la Patria jamás podrán con la firmeza y la convicción del pueblo para salir a la calle a defender sus conquistas revolucionarias, para defender el legado de Chávez y sus ideales. Siempre rebeldes, siempre firmes y siempre Patriotas!.
Esta aseveración pertenece al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, quien la plasmó en las redes sociales, el 01 de abril de 2016, para recordar que en Venezuela viven los hijos del Libertador Simón Bolívar y del Comandante Supremo, Hugo Chávez, hijos que jamás se dejarán imponer la bota imperial.
También es la apertura a este escrito donde se narra la valentía del pueblo venezolano en los días de abril del año 2002.
Conspiración nefasta
Transcurrían las horas el 11 de abril de 2002, el ambiente y el cielo estaban ensombrecidos porque sobre Venezuela se
cernía la conspiración más nefasta del siglo XXI – auspiciada por el imperialismo y la ultraderecha del país- : El Golpe
cernía la conspiración más nefasta del siglo XXI – auspiciada por el imperialismo y la ultraderecha del país- : El Golpe
de Estado de abril de 2002; suceso que tenía por objetivo erradicar la Revolución Bolivariana, secuestrando y destituyendo al presidente constitucional y electo, Hugo Chávez Frías.
De un zarpazo pretendieron arrancarle la esperanza al pueblo venezolano sobre el verdadero cambio político, social, moral, económico, educativo y cultural que había iniciado el Gigante Chávez. Sin embargo, este duro revés llevó a la nación venezolana y a su Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a un despertar temprano y a la concreción de la unión cívico militar para escribir en las páginas de la historia que con unidad y amor por la Patria se vence cualquier enemigo.
A tan sólo dos días aquel acontecimiento (amparado por el poder mediático,
político oligarca nacional e internacional, empresarial, eclesiástico y militar) que desoló los corazones de los venezolanos, se produjo una respuesta masiva demostrando que aquí viven los hijos del Libertador Simón Bolívar. Espontáneamente, el pueblo salió a las calles para rescatar al presidente Chávez y para retomar el hilo constitucional que habían erradicado mediante la imposición del guión golpista que concluyó en un Decreto Inconstitucional, el cual de un plumazo desconoció al pueblo y a la Constitución, disolvió los poderes públicos, modificó el nombre de la República Bolivariana de Venezuela, y permitió la auto-juramentación del entonces presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, como Presidente de la República.
Son incontables los hechos ilegales e inconstitucionales que se cometieron. Quizás se recogen en las primeras páginas de los medios impresos de la época. Por ejemplo, El Últimas Noticias que calificó de histórico aquel 11 de abril y aseveró: CHÁVEZ SE RINDE; o El Universal que le garantizó a sus lectores que la Revolución y Chávez se habían terminado escribiendo: ¡SE ACABÓ!
La sed de poder los cegó y pensaron que el pueblo al que ellos habían humillado e invisibilizado por años seguía siendo el mismo, pero la semilla ideológica y la conciencia nacional inculcada por el Comandante Chávez había germinado, la cual permitió resistir los ataques del imperialismo y los apátridas, dar la batalla y salir triunfantes. Nunca pensaron que ¡sólo el pueblo salva al pueblo!…. ¡Cada 11 tiene su 13!.
A pesar de los sucesos violentos el presidente Chávez con su humanidad y sabiduría llamó a la paz, a la calma y a la unidad para seguir trabajando por el país. “Ustedes venezolanas, ustedes venezolanos, que me adversan, pues advérsenme, trataré de hacerlos cambiar, ojalá; pero ustedes no pueden adversar esta Constitución (…). No se dejen envenenar, y no permitan que los
envenenen con tantas cosas, y tantas mentiras”, dijo el Comandante Chávez, el 14 de abril de 2002, desde el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores.
envenenen con tantas cosas, y tantas mentiras”, dijo el Comandante Chávez, el 14 de abril de 2002, desde el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores.
Sin embargo, le dieron una patada a la mesa y ante el perdón del presidente Chávez se produjo la traición de la oposición porque meses después los apátridas activaron el paro petrolero y las guarimbas; retomaron el único camino que conocen, los atajos inconstitucionales: la violencia, la mentira, la conspiración, para tratar de retornar al poder; pero no volverán porque la mayoría de los venezolanos apuestan a la PAZ.
Las ansias de poder de la derecha son criminales e infinitas
Han pasado 14 años de aquel episodio que quedó grabado en la memoria de los venezolanos como la más dura desventura, pero también como el suceso que les hace recordar, diariamente, que en la unión está la fuerza y que ante cada intento de desestabilización, la respuesta debe ser la profundización de la Revolución Bolivariana.
Las ansias de poder de la derecha son criminales e infinitas y aún cuando el pueblo y la FANB han demostrado que, hoy más que nunca, existe un pueblo Maduro y conocedor del enemigo que enfrenta, esta oposición ha mantenido la disposición de repetir su actuación antidemocrática.
Desde la desaparición física del Comandante Supremo, Hugo Chávez, el 5 de marzo de 2013; y la toma de posesión del presidente obrero, Nicolás Maduro, el 19 de abril de 2013, la arremetida contra Venezuela ha sido más cruenta y feroz porque tanto la derecha como el imperialismo pensaron que, ahora sí, era la oportunidad de erradicar el camino señalado por el líder de la Revolución Bolivariana: El Socialismo.
¿Cuántas pruebas hemos pasado?, ¿cuánto aprendizaje?, ¿cuánto amor?, y eso lo hemos logrado porque la Revolución Bolivariana siempre ha confiado y convocado al pueblo para las grandes batallas, siempre ha confiado en el pueblo. (…) ¡Volveremos a demoler el poder burgués más temprano que tarde!.
Es una escalada de ataques en todos los ámbitos aplicando una guerra no convencional. Arremetida mediática interna y externa; guerra económica; ejecución de hechos violentos como las guarimbas y los asesinatos con firma paramilitar; la aprobación de leyes demagógicas e inconstitucionales por parte de la derecha en la Asamblea Nacional; voceros nacionales e internacionales emitiendo falsas declaraciones sobre Venezuela; boicot financiero internacional; entre otros hechos conspirativos.
Ante este panorama que pretende desestabilizar al país para justificar una guerra civil y una intervención imperial, el digno hijo de Chávez, Nicolás Maduro, ha seguido su ejemplo y ha llamado a la paz y a la justicia para que se consolide la estabilidad porque a el Presidente sí le importa el pueblo y la Patria, y no los intereses particulares ni empresariales.
La diferencia radica en quienes han generado la crisis, porque son seres humanos indoloros, y por ende, no les ha importado ni les importará jamás el pueblo venezolano.
Por estas razones, los acontecimientos del 11,12, 13 y 14 de abril, el presidente Maduro, los calificó como “la batalla que hemos dado y como la historia nos ha colocado en este punto del camino y, la obligación que tenemos de ganar la PAZ todos los días; con conciencia, con unión, con trabajo, con producción. Ganar la paz, ganar la vida. Paz con vida, con justicia, con independencia”.
“Aquí va la Revolución sostenida, a pasos firmes, muy consciente de lo que somos y, dando el pecho, y dando la cara al sol del ABRIL: la nueva fuerza del pueblo venezolano para vencer”, enfatizó el jefe de Estado y de Gobierno el 30 de marzo de 2016, durante la jornada de trabajo con equipo de coordinación del Congreso de La Patria.
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